Divertirse es fácil en Tenerife. Para jóvenes y mayores. Además de la playa, el deporte y la fiesta, múltiples aliciente aguardan al turista.
Hay especiales instalaciones de recreo como el Aquapark Octopus, en el sur, o el Loro Parque, en el Puerto de la Cruz, con exhibición de shows protagonizados por papagayos increíblemente listos o por inteligentes delfines. También le será posible, por ejemplo, disfrutar de una autentica cena medieval con torneo incluido.
La inmensa mayoría de los hoteles cuentan con sus propios espectáculos de gran categoría y con expertos en animación.
Comprar, en Tenerife, resulta, en realidad, una diversión rentable. Las especiales condiciones fiscales y de adhesión de las Islas a la Comunidad Económica Europea hacen que los precios de ciertos productos sean mucho más baratos en la isla que en el continente. Los populares y concurridísimos bazares hindús, en los que se venden aparatos fotográficos, de alta fidelidad, televisores, relojes, videojuegos, joyas, instrumentos ópticos, sedas, etcétera, son un atractivo irresistible para el turista.
La actividad cultural en la isla es intensa. Museos y salas de exposiciones ofertan al interesado en las artes plásticas las más actuales muestras de arte. En Santa Cruz de Tenerife existe una exposición permanente de escultura en la calle, que adorna sus avenidas y jardines con obras de autores del prestigio de Moore o de Chillida. En La Laguna, anualmente, tiene lugar un Festival Internacional de Teatro, en la que participan compañías de todo el mundo con los montajes mas relevantes o polémicos de la temporada. Y el Festival de Música de Canarias, que se prolonga durante meses, trae a las islas orquestas y solistas de talla mundial, como Placido Domingo o Alfredo Kraus.
Sí, siempre, divertirse es fácil en Tenerife, cuando la noche llega, resulta inevitable. Pubs, discotecas, salas de fiestas abren sus puestas a los jóvenes y a los que no son tan jóvenes. Los espectáculos van del folklore al flamenco, pasando por la actuación de grandes estrellas o la coreografía más o menos atrevida.
Los casinos, -el de Playa de Las Américas y el de Taoro- de propiedad pública y cuyos beneficios se destinan, precisamente a mimar la infraestructura turística y redundar en nuevas comodidades y alicientes para el visitante, son los elegantes centro donde se tienta a la fortuna y se hacen risueñas amistades. Bajo un cielo limpio y cuajado de estrellas, Tenerife vive la noche incondicional y apasionadamente.
Pero, de entre todas las noches del año, hay unas con un sabor especial, con un encanto distinto. Las noches de carnaval, la fiesta más multitudinaria, esperada y bulliciosa de Tenerife. El carnaval es una explosión de creatividad, de humos y de frenético ritmo en la que participan todos los isleños y a la que el foráneo, el visitante no se puede sustraer, arrastrado por un remolino de música y de simpatía, que llena las calles de sol a sol, en una amalgama de cantos, bailes, disfraces y fantasías.
El carnaval es el espíritu alegre y contagioso de una isla, que le aguarda con los brazos de su prodigiosa naturaleza abiertos y con la resplandeciente sonrisa de su sol en los labios.
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