La miel


La singular y variada vegetación de la isla, unida a sus grandes diferencias de altura, ya que hay abejas hasta en el Teide, hacen posible la elaboración de excelentes mieles. La de cardo se encuentra entre las más originales, ya que es única en el ámbito europeo y supone un sabroso y delicado atractivo con el que enriquecer postres o amasar el gofio isleño. También resulta peculiar, de aroma intenso y dulce, la de retama. Y la de tajinaste, un producto prácticamente incoloro que al cristalizar se muestra blanca y opaca y que procede de las comunidades florales del Parque Nacional del Teide.
La oferta de mieles es sumamente amplia. La de costa, procedente de la floración de la platanera y del aguacate, principalmente, o la de monte, asociada al castaño o al hinojo, son otras opciones dignas de ser degustadas en la mejor de las mesas. Junto a la Casa del Vino, en el Sauzal, existe una Casa de la Miel en la que se elaboran las auténticas y excepcionales mieles de Tenerife.
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